Sólo libros en papel.
Carlos Godoy
La fe de los pasajeros
1ª ed. Buenos Aires: 17grises editora, 2024.
158 p.; 14 x 22 cm. – (narrativa)
ISBN: 978-987-1724-66-6
«Hay algo siempre inquietante en los relatos de Godoy. Ese “algo” no se reduce a lo esquivo de sus fábulas ni al tajo preciso de su prosa quirúrgica, limpia de toda impostación literaria, de toda dramatización espuria y de todo costumbrismo etnográfico. Lo perturbadoramente hipnótico viene de la sutil oscilación de una ficción que viborea, ambigua, entre lo inocente y lo perverso, entre lo dicho y lo insinuado, entre lo familiar y lo extraño.
El tema de estas fábulas llevan a un umbral de incertidumbre donde formas y conductas amenazan con derivar la desolación y el desastre: un hombre descubre la oscura lógica que rige su universo afectivo luego de un accidente cerebro-vascular, una madre de familia lleva a su casa a un indio hostil que mira películas de acción, unos jóvenes carpinteros acosan por las noches a una solitaria mujer gorda, una estudiante de medicina reconstruye un esqueleto en la cama de sus padres, unas luces extrañas sobrevuelan el cielo de un recóndito pueblo de provincia, un mogólico que colecciona chatarra es asesinado en el confuso episodio de un robo, el miedo a volar en un futuro distópico donde las actividades recreativas del siglo XX son objetos deseo y de transgresión.
El tono neutro y la economía sintáctica crean un clima que se impone a la representación. La letra no está en lugar de nada; así se instituye como traficante de algo más. Godoy narra entre líneas la verdadera historia: la de algo velado que asoma como resto excluido de la narración. La razón no es poética sino política: busca abrir y complejizar la experiencia sensible ahí donde la sutura ideológica pretende simplificarla.» (Maximiliano Crespi).
Carlos Godoy
La fe de los pasajeros
1ª ed. Buenos Aires: 17grises editora, 2024.
158 p.; 14 x 22 cm. – (narrativa)
ISBN: 978-987-1724-66-6
«Hay algo siempre inquietante en los relatos de Godoy. Ese “algo” no se reduce a lo esquivo de sus fábulas ni al tajo preciso de su prosa quirúrgica, limpia de toda impostación literaria, de toda dramatización espuria y de todo costumbrismo etnográfico. Lo perturbadoramente hipnótico viene de la sutil oscilación de una ficción que viborea, ambigua, entre lo inocente y lo perverso, entre lo dicho y lo insinuado, entre lo familiar y lo extraño.
El tema de estas fábulas llevan a un umbral de incertidumbre donde formas y conductas amenazan con derivar la desolación y el desastre: un hombre descubre la oscura lógica que rige su universo afectivo luego de un accidente cerebro-vascular, una madre de familia lleva a su casa a un indio hostil que mira películas de acción, unos jóvenes carpinteros acosan por las noches a una solitaria mujer gorda, una estudiante de medicina reconstruye un esqueleto en la cama de sus padres, unas luces extrañas sobrevuelan el cielo de un recóndito pueblo de provincia, un mogólico que colecciona chatarra es asesinado en el confuso episodio de un robo, el miedo a volar en un futuro distópico donde las actividades recreativas del siglo XX son objetos deseo y de transgresión.
El tono neutro y la economía sintáctica crean un clima que se impone a la representación. La letra no está en lugar de nada; así se instituye como traficante de algo más. Godoy narra entre líneas la verdadera historia: la de algo velado que asoma como resto excluido de la narración. La razón no es poética sino política: busca abrir y complejizar la experiencia sensible ahí donde la sutura ideológica pretende simplificarla.» (Maximiliano Crespi).